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martes, 4 de agosto de 2015

Recogiendo migajas

No comprendo los anglosajonismosSi hablásemos parsi o chino, pues bueno, todavía podría entenderlo; pero que nosotros, que hemos heredado las grafías de las antiguas Grecia y Roma y que compartimos el mérito de ser el idioma más cultivado desde antes de que el Quijote se volviese loco, escribamos “Akhenatón” con Kh y lo pronunciemos como tal, es para matarnos.


Es un hecho sabido que el inglés no sabe pronunciar la J ni la Z, por lo que para tratar de emularlas hacen auténticas cabriolas que dan como resultado combinaciones tales como Kh (“j”), Ph (“f”) Th (“z”) Y a ellos les va muy cool… Pero a nosotros nos va de culo.

Por ejemplo: J.R.R. Tolkien llamó a las minas de Moria de El Señor de los Anillos Khazad Dûm (esto es, Jazad Duum), pero casi todos los hispanohablantes lo pronuncian “Kazaz Dum”, y se quedan tan panchos. O, para quien le guste la Historia, también está el famoso caso del volcán griego que estalló en el Egeo, hundiendo la mitad de la isla en la que se asentaba y cuyo nombre los ingleses escriben con Th: Thera (es decir, Zera), mientras nosotros, en vez de escribirlo con la hermosa Z que nuestro alfabeto ha heredado de los griegos, escribimos también “Thera” y la pronunciamos “Tera” (es decir, mal); al igual que hacemos con Akhenatón, cuando deberíamos escribir y leer “Ajenatón”, o con Gengis Khan (en realidad Gengis Jan), etc.

Yo a esto lo llamo contraevolución lingüística, no tanto por el hecho de que no usemos las grafías que dan personalidad propia a nuestra lengua, sino porque impedimos que nuestro idioma continúe avanzando. Cedemos terreno a anglosajonismos inútiles que designan poco y mal conceptos que nuestro idioma es capaz de nombrar sin despeinarse.

En la actualidad parece que si no imitamos todo lo que huela a británico somos unos carcas, unos mediocres o algo así y, sin quererlo, nos estamos olvidando de que nosotros ya tenemos grafías muy precisas para designar estos y otros muchos sonidos. Puede quedar mal decirlo así, pero si los anglosajones no son capaces de pronunciar/representar ciertos sonidos, es su problema, no el nuestro. Ahora bien, si nosotros sí que somos capaces de hacerlo… ¿Por qué narices no lo hacemos? 


Supongo que habrá que esperar a que la memoria empiece a hacer recuento y el mundo se reorganice otra vez. Hasta entonces, me temo que nosotros continuaremos recogiendo las migajas que dejan caer los otros mientras la olvidada hogaza que llevamos en nuestra alforja empieza a coger moho.

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