
En la antigüedad tardía, cuando los impuestos comenzaban a ser demasiado elevados y los aristócratas abandonaban las ciudades para ir a vivir al campo y así pagar menos, nadie se encargaba de mantener los foros debido a la escasez de personal. Por esta razón, muchos de ellos cayeron en ruinas y sus estatuas de mármol fueron utilizadas para sacar cal. En la excavación, el equipo de María estaba trabajando en el nivel de estos mármoles cuando dio con un gran depósito de reutilización de lo que antaño había sido un conjunto escultórico imperial bastante importante.
La primera vez que vi esta imagen sentí un vuelco en el estómago: esa mano vieja, arrugada y manchada de polvo, como agotada de remover la tierra para poder respirar. Y, de pronto, una mano amiga, joven, lisa y sin mancha, pero igualmente agotada de buscar nombres de piedra bajo la arena, aparece como una luz que devuelve la dignidad a un mármol olvidado.
Parecía que lloraba de emoción mientras sus dedos de cal se cerraban sin fuerzas para corresponder a la caricia de piedad de su descubridora. Y pensé que en este mundo de locura, aún hoy arrasado por los bárbaros, el presente y el pasado quedan unidos en un abrazo de esperanza y eterno agradecimiento:
"Después de tantos siglos... ¡Por fin me habéis encontrado!"
Emociona....es pura poesia!
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